INAH, COLECCIÓN SONORA.
Excelentísimo Señor
El Ayuntamiento de la Villa de San Miguel de Horcacitas, al ver la invitación de la Excelentísima corporación de la capital a fin de que se secunde su pedido para la persecución, y exterminio de Juan Ignacio Jusacamea (a) Bandera, y sus segundos, penetrado de los malos que nuevamente amenazan la tranquilidad del estado, expone a Vuestra Excelencia que el orden de la justicia, y eficacia de las sabias leyes que felizmente nos gobiernan, se halla que el criminal sufra el castigo merecido por los delitos. La Bandera por segunda vez intenta reiterar más crímenes que la benignidad le ha disimulado, y al abrigo de impunidad se lo quiere la desolación del industrioso ciudadano, ya ha emprendido según noticias una acción en Buena Vista en que fue destrozada una partida de las milicias de aquel punto, y sin duda su atrevimiento habrá cobrado mayor actividad con la desgracia de aquellos buenos patriotas: el mal está en su principio, y una mediana fuerza será suficiente a contener los impulsos de semejante atentado, que tiene en alarma a todos los pueblos pacíficos y amantes del orden: Esta corporación a quien no son indiferentes las trascendencias funestas que estos nuevos acontecimientos pueden acarrear al Estado, cuando comienza a disfrutar de algún sosiego, adhiriéndose en un todo a la oposición del Excelentísimo Ayuntamiento de esa capital, pide a Vuestra Excelencia sea escarmentada la revolución estallada en el Río del Yaqui, por la actividad de ordenar armas; castigando a la Bandera y segundos con todo el rigor de la ley, sin permitir segunda indulgencia que inutilice el vigor de esta, y de acción a los criminales para otros movimientos subversivos.
Horcacitas Febrero 26 de 1830.
Juan Bt.a Tapia Regidor y Juez en turno.