Pueblo de Huásabas representa para que Urrea continúe como autoridad en Sonora

FONDO FERNANDO PESQUEIRA. SALA DEL NOROESTE DEL MUSEO Y BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE SONORA. DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DE SONORA. SERIE IV, TOMO I, (1831-1847) PP. 325-328.

 

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Excelentísimo Señor

El pueblo de Huásabas en general ante la Superioridad con el debido respeto, parece diciendo que hace muy cerca de dos años que este desgraciado departamento ha sufrido, y aún sufre infinidad de males, que sería infinito referirlos; pero basta decir: que los desnaturalizados hijos de Sonora, Don Manuel y Don Juan Gándara han labrado nuestra perpetua ruina tanto por sí, como por ser causa de no poder perseguir al enemigo Apache que nos ha devorado sin poder atender hacerle la guerra por hacerla en el interior por la revolución promovida por los citados Gándaras, no habiendo pueblo en este desgraciado Departamento en que cotidianamente no se escuchen gemidos y lamentos, ya de la infeliz viuda, ya de los desamparados huérfanos; y ya en fin de los hombres acomodados, al ver que de un momento a otro ya es víctima el marido, el hermano, el hijo y ya los bienes y demás cuando no por los Gándaras, o por su causa, por los apaches.

El Excelentísimo Señor Comandante  y Gobernador Don José Urrea desde el periodo citado, ha trabajado con tesón y estos pueblos fronterizos hemos cooperado en su ayuda al sostén de las leyes y la patria  a costa de muchas vidas, y nuestra fortuna hasta llegar al extremo en que nos vemos; el cual es el estado más miserable; pero a pesar de todo nos mantenían las lisonjeras esperanzas que dentro de poco alcanzaríamos el fruto deseado de nuestras fatigas, que es la paz de nuestro departamento y la persecución del enemigo apache.

Mas cuando nos lisonjeamos de tales esperanzas, por ver casi concluida la revolución, aparece en este departamento el Señor Ponce de León nombrado por el Supremo Gobierno para Gobernador y Comandante del mismo. ¡Aquí es donde este pueblo se ve atónito al pronunciarlo! Aquí es donde se conjetura (permítasenos decirlo) que el supremo Gobierno ve a sonora con la mayor indolencia y desprecio; porque de otra manera ¿cómo podría Vuestra Excelencia elegir de Gobernador para Sonora a quien puede decirse que se le atribuye la mayor parte de nuestros males; y que lejos de hacerle los respectivos cargos por ingratitud tan insoportable se le premie con un destino tan honroso? Se nos preguntará la causa de una exposición tan dura como la que precede; pronto será la respuesta: El mismo Señor Ponce de León ha recibido en el mes de agosto próximo pasado un exhorto siendo gobernador él mismo en Sinaloa, contraído a que se pusiese en prisión Don Manuel María Gándara y habiéndose efectuado su aprehensión, el resultado fue que se puso en libertad a Gándara y he aquí el incendio de la revolución en Sonora, he aquí centenares de víctimas sacrificadas por su causa, y en fin cubierto de luto, miserias y calamidades el infeliz Sonora: a que la respuesta de nuestra proposición, y el indecible sentimiento de todos los sonorenses, cuando ya se destina a nuestro desgraciado suelo el que ha contribuido a la mayor parte de nuestra ruina con haber soltado al autor de nuestros infortunios y desgracias pero lo más sensible es que el Excelentísimo Señor Don José Urrea ha sido infatigable en sus trabajos y estos pueblos le han sido constantes prefiriendo sus trabajos del azadón,  la mansera y todo su reposo a las armas, y hoy es el premio de tantos servicios, presente un gobernante que es imposible que de buen grado se admita pues es un cáliz amargo para Sonora, y por mayor para estos pueblos fronterizos que son los que le han hecho la guerra a los facciosos, han sostenido las leyes y les han infundido el horror que es propicio en los que defienden la causa justa.

 

Por todo lo expuesto pues, y usando del derecho de petición que las leyes nos conceden, suplicamos rendidamente a Vuestra Excelencia que atendiendo a los poderosos y justos motivos que llevamos expuestos, si este departamento le merece alguna consideración se digne concedernos que el Excelentísimo Señor General Don José Urrea prosiga en el destino, pues a Sonora no le conviene otro, a pesar de que sabemos ha sido electo para senador; pero si en lo absoluto no se pudiera, en Sonora hay hombres honrados y capaces para obtener ese destino. Dejamos en su buena reputación al Señor Ponce de León pero a Sonora no le conviene admitirlo, por las causas expuestas, y por las cuales tenemos que el expresado señor electo ha de ver estos pueblos con desprecio de lo que puedan resultar circunstancias muy funestas, y más cuando tenemos noticias que el expresado Señor electo trata de hacer combinación con Gándara, de lo que este faccioso le gloriará y sus funestos crímenes quedarán impunes con afrenta del Departamento.

Por tanto, a la alta justificación de Vuestra Excelencia suplicamos que extienda su poderosa y bien hechora mano en favor de nuestro infortunado país, pues de su paternal consideración depende la felicidad de este desgraciado Departamento.

Huásabas, abril 21 de 1844

Luis Gonsaba de Leyva, Juez 2º.- Ignacio Moreno, Juez 1º.- Jesús Armendáriz.- José Antonio Montaño.-Ignacio Montaño.- Luis Ramírez.- José María Moreno.- Luis Santa Cruz.- José Bonillas.- Bacilio Valencia.-Rafael Acuña.- Por mí y Juvencio Franco, Ambrosio Franco.- Por Ildefonso Cortés, José Yanes.- Jesús Moreno.- Vicente Ballesteros.- Ignacio Laborín.- Francisco Sierra.-Bartolo Soqui.- Cruz Zate.- Javier Parra.- Salvador Soqui.- Pedro Guaciqui.- Javier Dórame.- Patricio Osejo.- Jesús Armendáriz.- Torna suplica y por Ignacio Cortés, Joaquín Durazo.- Luis Moreno.- Antonio Beltrán.- Antonio Toyo.- Benito Ríos y lo restante del pueblo que no sabe firmar, Jesús Armendáriz.

 

Tomado del manuscrito de la caja no. 16

Exp. 473 del archivo del H. congreso del Estado de Sonora.- Año de 1844.

 

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